Costos y administración en el cafetal

Escrito por: Fernanda Portillo

En el CHI, seguimos con nuestro segundo semestre de cursos para productores. En esta ocasión, pudimos crear una tabla de ingresos y egresos en conjunto, con distintas referencias de lo que cada asistente al curso tiene. Fue un trabajo en equipo, guiado en todo momento por la ingeniera Rosa de Lima Martínez Carrillo, originaria de Puebla, México, que con su experiencia nos fue desglosando paso a paso el ¿cómo hacer? cada costeo, dependiendo de nuestro recurso disponible y las necesidades específicas de nuestra parcela.

Lo primero es determinar cuál es el concepto que estamos calculando, para extraer si se trata del salario de una persona, de un producto o de un servicio. En el caso de los productos, es muy importante trabajar con precios base que después se puedan exponenciar de acuerdo a las capacidades de nuestro terreno.

Así, la sugerencia de nuestra profesora fue, iniciar con un costeo que tomara como base, las necesidades de una hectárea. A partir de ahí, generar una base de datos alterna donde todos los precios unitarios y totales se multipliquen por el número que se haya incrementado la extensión territorial.

“Es muy importante tener claro el precio real y no sólo el aproximado de todos los utensilios y herramientas que usamos para mantener sana nuestra huerta, ya que es nuestro negocio”

- Nos recomendaba con frecuencia la ingeniera Rosa Martínez, mientras continúabamos haciendo el ejercicio.

En realidad fue sencillo llegar a establecer las fórmulas de egresos e ingresos, pues la vasta mayoría de participantes en el curso, -que es híbrido porque se lleva a cabo mediante un enlace de google meet, pero también se proyecta en las oficinas de Finca Hamburgo para quién guste acudir presencialmente- son productores o están familiarizados con los costos de producción.

Lo realmente difícil es determinar la utilidad del ejercicio cuando lo habitual no es establecer este tipo de costeos en temas agrícolas, pero, como nos explicaron durante las dos sesiones del curso: “para vivir y tener un balance económico derivado de nuestra huerta, no basta con que más o menos nos sobre un poco de dinero para reinvertir después de la temporada”. Sin tener esa conciencia de la relación entre costos y beneficio, ese dinero corre el riesgo de fugarse muy rápido, debido a los problemas de inflación.

También, para las personas que no tenemos mucho conocimiento sobre la producción, (porque somos tostadores y/o baristas, es decir, estamos situadas en otro punto de la cadena de valor); este tema nos amplió mucho la perspectiva de cómo son realmente, los retos a los que se enfrentan un gran número de productores que se esfuerzan todo el año y aún así, el dinero no alcanza.

Un ejemplo de mi experiencia escuchando la videoconferencia fue que, no llegaba a identificar la diferencia que se sabe en el campo entre jornalero y jornal. Esto es, porque según entendí, cada jornalero decide cuántos ciclos de trabajo de cierta cantidad de horas está dispuesto o tiene la energía para hacer. Mi confusión surgía en que ambos conceptos los entendía como sinónimos, cuando en realidad, muestran una verdad latente en campos cafetaleros, no solo mexicanos, sino de toda la franja; y es que, no hay mucha regulación acerca de las horas de trabajo adecuadas a las que se puede someter un trabajador que limpia de malezas o fertiliza los suelos, sino que aún sigue siendo un tema de energía, edad e incluso necesidad económica.

Y ante un tema social tan crítico, es fundamental conocer y calcular la mejor forma de llegar a ese comercio justo, a esos pagos coherentes con la energía física y mental que se pone en trabajar la tierra, pues lo irónico es que, muchas veces el pequeño productor cuidando su huerta, por no administrarse, le falta lo que aún no produce o genera sobrecompra de herramientas o productos que luego no utiliza pero ya le generaron un gasto. De ahí la utilidad de llevar a cabo esta tarea, que puede no gustarnos, pero es de suma importancia.

Aprender a ejercer un control financiero coherente nos ayudará a solventar los imprevistos de una forma más calculada y serena, que si vamos resolviendo los baches económicos conforme se van sucediendo.


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